En los áridos desiertos de Nehekhara, enormes legiones de guerreros esqueléticos se alzan de las ardientes arenas para masacrar a aquellos que se adentran en sus dominios. Es un reino sin vida de dunas infinitas teñidas de carmesí por la sangre de salvajes y bárbaros. Es la Tierra de los Muertos, donde una maldición asola a los reyes momificados para que reinen en una No Vida perpetua. Aunque no siempre fue así.

Hubo una época en la que el antiguo reino de Nehekhara era la joya de la corona de la civilización humana; una época dorada en la que las ciudades brillaban con un majestuoso esplendor, sus ejércitos conquistaban naciones enteras y sus reyes gobernaban como dioses entre los hombres. Pero este reino fue arrasado hace milenios por la traicionera brujería de Nagash el repudiado: en un suspiro, los vivos perecieron y los muertos se alzaron de sus tumbas.

Sin embargo, la muerte no es ningún impedimento para la gloria de los Reyes Funerarios. ¡En la No Vida, restaurarán la grandeza del imperio de Nehekhara!